- Argentina enfrentará pagos por USD3.500 millones la próxima semana y espera que el FMI apruebe la quinta meta trimestral para recibir fondos antes del fin de semana.
- El ministro de Economía, Sergio Massa, no viajará a Washington y se espera un acuerdo virtual con el FMI.
- El gobierno busca despejar la incertidumbre en los mercados y evitar una devaluación brusca del peso, aunque el BCRA cambió el calendario de difusión del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) y fue criticado por la oposición.
La Argentina enfrentará pagos por USD3.500 millones la semana próxima y el Gobierno espera que el personal del Fondo Monetario Internacional haya concluido la revisión técnica de la quinta meta trimestral, para que la junta directiva la discuta este jueves y se envíen dólares al país lo más rápido posible, antes del fin de semana. Esto se debe a la necesidad de evitar retrasos debido al ingreso en recesión de verano del organismo multilateral de crédito. Dos aspectos clave se centran en esta situación: los desembolsos de, al menos, los USD4.000 millones que deberían haber llegado en junio para pagar los vencimientos; y el fin de la incertidumbre en los mercados, que generó volatilidad en el dólar blue a principios de la semana y en los mercados financieros durante este miércoles.
El ministro de Economía, Sergio Massa, finalmente no viajará a Washington para firmar el acuerdo. Originalmente, la planificación era que pudiera viajar esta misma noche y tener una reunión con la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, el viernes. Sin embargo, la demora en la aprobación total del acuerdo técnico alcanzado por la comitiva económica argentina el fin de semana pasado extendió demasiado los plazos y es probable que haya un apretón de manos virtual. Especialmente porque el ministro de Hacienda debe hacer una pausa en su campaña electoral como precandidato presidencial del oficialismo.
Este jueves habrá una reunión en el FMI y las expectativas están puestas en un progreso rápido para que el lunes se dispongan los dólares para pagar los USD2.660 millones de vencimientos acumulados hasta el 31 de julio, más los USD830 millones de intereses. Según fuentes del equipo económico, el trámite administrativo estaría resuelto y, aunque no está en la agenda formal del Directorio, el caso de Argentina «es una prioridad debido al respaldo de los principales socios del FMI, como Estados Unidos, Japón, Alemania y China.
A la espera de una resolución del Directorio
Según reveló el propio Massa, el Acuerdo de Nivel de Personal que se alcanzó y que tuvo un fuerte apoyo de los principales miembros del Directorio que se reúnen hoy, permitirá a Argentina evitar revisiones durante todo el segundo semestre del año para que la incertidumbre sobre los desembolsos destinados a cubrir vencimientos e intereses de la deuda externa más importante del país no quede fuera de la agenda electoral.
Ahora, lo que se debe determinar en el acuerdo es la cantidad de dinero que ingresará con la aprobación del Directorio. El mínimo son los USD4.000 millones de la quinta revisión. Pero hay expectativas de que se logre la unificación de los desembolsos de junio y septiembre, que totalizarían unos USD7.500 millones, que se alinearían con los vencimientos hasta esa fecha. La tercera opción es un desembolso unificado para todo el año 2023, que superaría los USD10.600 millones. La posibilidad de agregar ingresos para 2024, como se insinuó inicialmente en el Ministerio de Economía, parece haber quedado descartada.
Otro punto que el ministro Massa dejó claro es la posibilidad de que el Banco Central intervenga en el mercado cambiario para evitar una devaluación brusca del peso. Aunque el FMI recomienda la depreciación de la moneda local para unificar los tipos de cambio, se llegó a un acuerdo de que una decisión precipitada generaría desorden en la inflación y una consecuente pérdida del poder adquisitivo, con posibles crisis sociales.
Un paquete de medidas para el FMI, con críticas del establishment
Uno de los puntos que logró desbloquear las negociaciones fue la implementación del paquete de medidas que implicó una especie de canje entre devaluación y ajuste fiscal. Massa respondió con el dólar agro, para generar dólares auténticos en el BCRA, con un aumento en el costo de las importaciones y una «devaluación encubierta», según entidades del círculo empresarial. La resistencia del establishment no fue escuchada por el ministro, quien busca contener la dolarización previa a las elecciones.
Existen dos preocupaciones principales que podrían surgir en el horizonte inmediato del precandidato presidencial. Por un lado, el efecto inflacionario generado en la economía informal por la subida del dólar blue al comienzo de la semana, que aunque se moderó en los días siguientes, generó incertidumbre en los precios minoristas; y por otro lado, la amenaza de los grandes productores de alimentos de trasladar el aumento de los costos en el comercio exterior a los precios en los estantes de los supermercados.
En el día de hoy, el Banco Central ha tomado la decisión de modificar el calendario de divulgación del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) debido a las discrepancias existentes entre las proyecciones de inflación de este mes y las estadísticas oficiales. Por esta razón, ha decidido aplazar su publicación en conjunto con el Índice de Precios al Consumidor (IPC) del INDEC, el cual se llevará a cabo durante la semana posterior a las elecciones primarias del 13 de agosto próximo. Desafortunadamente, la oposición ha acusado al BCRA de intervenir con el fin de brindar apoyo a Massa en su campaña y de no anticipar un aumento en la inflación para julio.