Alternativas para superar las restricciones cambiarias: se plantea el desdoblamiento o la unificación con retenciones

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  • Fundar propone implementar un sistema de transición para la unificación de los tipos de cambio mediante un desdoblamiento cambiario transitorio o una unificación compensada con aumento de retenciones.
  • El desdoblamiento cambiario consiste en establecer dos tipos de cambio oficiales de forma transitoria, mientras que la unificación cambiaria reflejaría cotizaciones paralelas y se compensaría con un aumento de los impuestos a las exportaciones.
  • El mecanismo cambiario actual no es sostenible a largo plazo y se corre el riesgo de que el Banco Central se quede sin reservas. Tanto el desdoblamiento como la unificación con retenciones apuntan a generar las condiciones para un ordenamiento definitivo del régimen cambiario.

En medio de las discusiones electorales sobre qué hacer con el cepo cambiario, la organización Fundar ha publicado un informe en el que propone la implementación de un sistema de transición para unificar los tipos de cambio utilizando dos estrategias diferentes.

El informe titulado «El mercado de cambios bajo la lupa: la transición hacia la unificación» plantea una «estrategia integral de estabilización» que contempla la aplicación de un «desdoblamiento cambiario transitorio o una unificación cambiaria compensada con el aumento de retenciones».

Según el director de Economía de Fundar, Guido Zack, el actual mecanismo cambiario «no se puede mantener por mucho más tiempo» debido al riesgo de que el Banco Central de la República Argentina (BCRA) siga perdiendo reservas y llegue a un punto en el que la cotización oficial no sea sostenible.

Explicación de cada esquema: desdoblamiento cambiario vs. unificación con retenciones

El desdoblamiento cambiario propuesto implica establecer temporalmente dos tipos de cambio oficiales y desarticular buena parte de las regulaciones actuales, definiendo qué actividades y flujos pueden acceder a cada cotización del dólar. La idea es simplificar el mercado de cambios y reducir la cantidad de cotizaciones alternativas, manteniendo una brecha de hasta el 30%.

Cabe destacar que el desdoblamiento no es aceptado por los estatutos del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero desde Fundar sostienen que el organismo puede hacer excepciones en casos excepcionales.

Por otro lado, la opción de unificación cambiaria propone establecer un tipo de cambio único que refleje las cotizaciones paralelas, compensado con un aumento de los impuestos a las exportaciones, tanto en términos de alícuotas como en la inclusión de más productos y sectores afectados.

Respecto a esta alternativa, Fundar explica que la implementación de mayores aranceles a la exportación es una medida politizada y no fácil de llevar a cabo, ya que requiere la aprobación del Congreso Nacional.

Entre los beneficios de tener un tipo de cambio único, destacan la eliminación de las distorsiones que generan las múltiples cotizaciones del dólar en el mercado.

Cómo implementar el desdoblamiento o la unificación cambiaria

Según Guido Zack, director de Economía de Fundar, el mecanismo cambiario actual «no puede sostenerse por mucho más tiempo». Advirtió que existe el riesgo de que el BCRA continúe perdiendo reservas hasta llegar a un punto en el que la cotización oficial sea insostenible.

En este sentido, Zack explicó que tanto el desdoblamiento como la unificación con retenciones no son regímenes permanentes, sino que buscan, junto con otras políticas macroeconómicas, «crear las condiciones para el ordenamiento definitivo del régimen cambiario».

«Unificar sin compensar con retenciones o desdoblar requiere de un nivel importante de reservas para evitar una fuerte devaluación que impacte en los precios, salarios y luego nuevamente en el tipo de cambio, generando una espiral inflacionaria a niveles mucho más altos que los actuales», expresó.

Asimismo, el analista económico destacó que la consistencia macroeconómica es fundamental para ambos esquemas propuestos. Esto implica un «sendero de consolidación fiscal financiable» sin emisión monetaria ni endeudamiento externo, con una tasa de interés real positiva y modificaciones impositivas.

En cuanto a las dos opciones planteadas, Zack señaló que en el caso del desdoblamiento, la brecha entre los tipos de cambio no debería superar el 30%: «Para lograr esta estrategia, es necesario realizar un ajuste en el tipo de cambio oficial actual. Esto prioriza el balance del BCRA al permitirle comprar dólares a un precio ‘más bajo'».

«En cambio, con una unificación cambiaria con retenciones, esa diferencia se destina al Tesoro en lugar de quedarse en el Banco Central. Esto facilita el proceso de consolidación fiscal, pero no mejora de inmediato el balance de la autoridad monetaria», afirmó.

Al mismo tiempo, aclaró que tanto el desdoblamiento como la unificación con aumento impositivo tienen como objetivo principal acumular reservas para, en el futuro, unificar el tipo de cambio cuando se cuente con una cantidad considerable.

Críticas al cepo cambiario

El cepo cambiario se implementó por primera vez en 2019 durante la administración de Cambiemos y se profundizó con el gobierno del Frente de Todos. Ante la escasez de dólares y la pérdida de reservas, el Gobierno decidió restringir la demanda de dólares, lo que generó múltiples cotizaciones.

«El actual esquema cambiario opera de facto como un desdoblamiento opaco con un segmento comercial intensamente intervenido y otro segmento financiero ‘libre’, donde las autoridades han intervenido de manera poco transparente mediante la compra y venta de títulos públicos en el segmento MEP y CCL», señala el documento firmado por los economistas Pablo de la Vega, Emiliano Libman y el propio Zack.

En este sentido, los expertos argumentaron que el sistema actual «tampoco facilita la entrada de dólares para financiar inversiones o cobrar pagos en el extranjero, ya que, en términos generales, las divisas deben ser liquidadas al tipo de cambio oficial al momento de su entrada, y sólo es posible recomprar dólares a un tipo de cambio más elevado».

«El esquema no cumple con ninguno de los objetivos de la política cambiaria: no amortigua los impactos negativos, no contribuye a mejorar la competitividad, no está funcionando para frenar la aceleración de precios y tampoco es capaz de generar un acumulación de reservas internacionales para preparar a la economía ante los desafíos que se le presenten», agrega.