- Argentina perdió el equivalente a dos PBI en los últimos 50 años, unos US$ 856.000 millones, debido a políticas equivocadas y mala calidad institucional.
- Los argentinos tienen alrededor de US$ 428.000 millones guardados fuera del sistema financiero local o en el extranjero, resultado de la falta de seguridad y temor a la expropiación.
- En el período de 1975 a 2023, Argentina tuvo inflación de un dígito en solo el 20% de los años, detonó 3 hiperinflaciones, 4 defaults de la deuda y 5 períodos de fuerte atraso cambiario.
En los últimos 50 años, Argentina ha perdido un monto equivalente a dos veces su Producto Bruto Interno (PBI), aproximadamente US$856.000 millones, según un informe del Instituto de Estudios para la Realidad Argentina y Latinoamericana (IERAL) realizado por el economista Marcelo Capello.
El informe señala que, entre 1975 y 2022, el crecimiento del PBI local fue de solo un 1,7% anual, mientras que la población creció un promedio del 1,2% por año. Si Argentina hubiera mantenido el mismo ritmo de crecimiento que tuvo entre 1960 y 1974 (4,2% anual, similar al crecimiento de Chile y Perú entre 1990 y 2022), en el año 2022 el PBI del país sería tres veces mayor al observado actualmente.
Estos datos llevan a la conclusión de que Argentina ha «perdido» dos PBI en los últimos 50 años debido a políticas equivocadas y a la falta de calidad institucional, según el informe de Capello.
Argentina, un «país dormitorio» debido a la falta de seguridad
Según datos del informe de la Balanza de Pagos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), los argentinos guardan fuera del sistema financiero local (en cajas fuertes) o en el extranjero alrededor de US$428.000 millones.
El IERAL plantea que esta cantidad equivale al valor de un PBI de Argentina, es decir, la producción total del país durante un año. En consecuencia, Argentina habría perdido casi US$856.000 millones en los últimos 50 años.
El estudio argumenta que este resultado no se debe a una persistente «fuga de capitales» causada por acciones malintencionadas de los ciudadanos, sino a la falta de seguridad que el sistema argentino ofrece a sus habitantes.
El informe añade que estos ahorros de los argentinos buscan evitar una posible expropiación parcial o total de su capital debido a las malas políticas y al poco respeto por los contratos por parte de las autoridades locales.
En 50 años, solo 10 hubo inflación «normal» en Argentina
Un estudio revela que durante aproximadamente medio siglo, entre 1975 y 2023, Argentina experimentó una inflación considerada «normal» de un solo dígito en solo el 20% de esos años, mientras que en el 35% restante la inflación fue de tres dígitos.
Además, en ese periodo de casi 50 años, se vivieron tres hiperinflaciones, cuatro incumplimientos de la deuda y al menos cinco períodos prolongados de atraso cambiario que finalizaron de manera traumática, con importantes acontecimientos de inseguridad jurídica, según afirma el IERAL.
El informe también desestima la hipótesis del ministro de Economía, Sergio Massa, de que los problemas actuales de Argentina se deben a las políticas impuestas por el FMI.
«Es importante recordar que en 2005, cuando Argentina se liberó del control del FMI sobre su política económica pagando toda su deuda en un solo desembolso de aproximadamente 10.000 millones de dólares, el país tenía un superávit primario del 3,4% del PIB y una inflación anual del 12%», plantea el IERAL.
En ese sentido, el informe sostiene que «en 2015, después de una década de política económica sin la tutela del FMI, el país tenía un déficit primario del 3,8% del PIB y una inflación anual del 27%».
«Es decir, durante los 10 años que transcurrieron entre 2005 y 2015, sin programas con el FMI, la presión fiscal nacional aumentó en 5,4 puntos porcentuales del PIB, el resultado fiscal empeoró en 7,2 puntos porcentuales del PIB, la inflación aumentó en 15 puntos anuales y las reservas del BCRA quedaron prácticamente agotadas».
Según el autor del informe, «está claro que los países con gobiernos desordenados y presupuestos fuertemente desequilibrados son finalmente los que pierden autonomía».
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