- La falta de valores de referencia y la constante presión inflacionaria generan distorsiones en los precios, dificultando la toma de decisiones y obligando a gastar de más.
- La falta de precios de referencia impacta tanto en la elección de los consumidores como en la parte productiva, ya que se dificulta la toma de decisiones de consumo e inversión óptimas y se genera ineficiencia en el sistema de precios como asignador de recursos.
- La falta de referencia de precios es una consecuencia del contexto inflacionario argentino, donde los precios tienden a ajustarse por inercia, aún cuando el producto no haya aumentado al mismo ritmo.
En la espera de la cifra de inflación de junio, los precios de julio continúan aumentando. Por ejemplo, el paquete de azúcar de un kilo tiene un rango de precios entre $528 y $800, mientras que el dulce de leche oscila entre $559 y $850. La falta de valores de referencia es uno de los problemas que se suman a la constante presión inflacionaria.
La distorsión de precios y las diferencias entre comercios, ya sean supermercados, autoservicios o negocios locales, dificultan la toma de decisiones y llevan a gastar más, según los economistas consultados por PERFIL.
“Sin duda, la inflación es una gran causante de este problema”, comentó el economista Salvador Vitelli. Los cambios constantes en los precios aumentan los costos de búsqueda y se termina pagando precios que quizás no reflejen el valor real del bien, lo que contribuye a la distorsión.
Las medidas para controlar la inflación también contribuyen a esta tendencia. “Hay un comportamiento dual en el mercado”, explicó el economista y director de la consultora Focus Market, Damián Di Pace. Por un lado, existen los precios de referencia que se mantienen en grandes comercios, pero eso solo abarca una canasta limitada. Por otro lado, los comercios locales, donde la mayoría de la población de bajos recursos realiza sus compras, cuentan con acuerdos de precios aún más limitados, lo que dificulta la comparación. Según Di Pace, puede haber diferencias de hasta el 35% en los valores entre un lugar y otro.
Según Santiago Manoukian, economista de la consultora Ecolatina, la falta de referencia afecta tanto la elección de los consumidores como la producción. “Sin conocer los precios, no se pueden tomar decisiones de consumo e inversión óptimas”, agregó.
La estabilidad de precios empodera a los consumidores, que actualmente compran sin saber si están pagando un precio adecuado. Desde el punto de vista de la oferta, la inflación induce a una mayor ineficiencia del sistema de precios como asignador de recursos. Para un productor, es difícil saber cuál es el precio al que debe vender su producción para maximizar sus ganancias o, al menos, no perder dinero.
En este contexto, la distorsión y la falta de precios de referencia son ejemplos de cómo la inestabilidad impacta en el funcionamiento de la economía.
Según Vitelli, en contextos inflacionarios como el argentino, los precios se ajustan por inercia. Esto significa que, aunque un producto no haya subido al mismo ritmo que la inflación, se le marca el mismo aumento.
Aunque se espera una desaceleración en la inflación de junio, cuya cifra oficial se conocerá el próximo 13 de julio, los precios continúan aumentando y esto impacta en los valores de los próximos meses. “Allí comienza a jugar no solo la inflación pasada, sino también la inflación futura, lo que hace que muchas veces se vuelvan a marcar los precios”, expresó Vitelli.
El economista explicó que esto forma parte de un «círculo vicioso» al que se suman otros valores, como las tarifas reguladas de energía, el precio de los combustibles y el dólar, que se encuentran «rezagados». Esto dificulta saber qué es caro o barato.
Para ilustrar esto, Manoukian dio un ejemplo concreto: «Uno puede recordar cuánto costaba un alfajor cuando era niño, pero no puede recordar el precio del que compró ayer».
Dependiendo del lugar, la misma golosina, de la misma marca y características, puede tener un precio que oscile entre los 200 y 320 pesos.
Por lo tanto, «¿Cómo podemos tomar decisiones de consumo óptimas? No lo hacemos, compramos a ciegas», sintetizó Manoukian.
Incrementos de hasta un 39% en frutas y verduras
Con un aumento del precio de la papa cercano al 40% en comparación con los precios del acuerdo anterior que estuvo vigente hasta el 30 de junio, la Secretaría de Comercio ha actualizado los valores de la canasta de frutas y verduras de estación, que estará disponible hasta el 31 de julio en grandes cadenas de supermercados para el AMBA.
El precio por kilogramo de los productos de esta canasta será el siguiente: papa negra, $ 249; tomate redondo, $ 450; zapallo anco, $ 155; cebolla, $ 180; manzana, $ 420; banana Ecuador, $ 560 y banana subtropical, $ 440.
Con estos nuevos precios, la papa experimentó un incremento del 39,10%. Mientras tanto, el tomate redondo aumentó su valor en un 12,78%, el zapallo anco creció un 4%, la cebolla un 5,8%, la manzana un 5,2%, la banana Ecuador un 4,6% y la banana subtropical un 4,7%.
Esta canasta mantendrá sus precios fijos durante todo el mes, con el objetivo de brindar alivio a los bolsillos de los argentinos y argentinas, así como también establecer orden, previsibilidad y abastecimiento«, afirmó la Secretaría de Comercio.
Esta iniciativa es un acuerdo voluntario con los proveedores del Mercado Central de Buenos Aires y grandes cadenas de supermercados para fijar los precios.