- La Unión Europea ha establecido una nueva disposición ambiental que limitará las exportaciones de productos provenientes de países que no cumplan con los niveles de deforestación establecidos para el año 2020. Esto podría afectar las exportaciones argentinas hacia Europa, especialmente en el rubro de la carne y la soja.
- Según expertos del sector, esta medida puede dañar la provisión de carne hacia la UE y condenar a países como Argentina a no producir más. Además, se prevé que pueda convertirse en una barrera paraarancelaria debido a las dificultades en la certificación de la trazabilidad de los productos.
- A pesar de la nueva disposición, algunos expertos creen que Argentina puede cumplir con los requisitos establecidos, ya que se encuentra dentro de los países de bajo riesgo. Sin embargo, advierten que el problema radica en que estas medidas deberían ajustarse a las realidades de cada región o país y contemplar las características de los recursos naturales de cada uno.
Una nueva medida ambiental para las importaciones europeas podría tener un impacto negativo tanto en las exportaciones a partir de 2024 como en el crecimiento de las producciones argentinas que aspiren a ingresar a ese mercado. Según informantes del sector, esto podría significar que países como Francia dejen de adquirir carne proveniente de algunas provincias del norte del país.
La Resolución 2023/1115 de la Unión Europea regula la deforestación en productos destinados a este continente. A partir del próximo año, esta normativa restringirá la compra de productos de regiones que mantengan los niveles de deforestación al 31 de diciembre de 2020.
«Toda tierra productiva que fue deforestada después de 2021 no podrá ser vendida a Europa», afirmó Sergio Pedace, vicepresidente de la Cámara Argentina de Matarifes y Abastecedores (CAMyA), en declaraciones a PERFIL. Aunque Argentina «no está en tan mala posición», agregó, debido a la deforestación «una cadena de supermercados francesa dejará de comprar carne de la provincia de Salta».
El contexto no ayuda, ya que según la encuesta mensual de la Cámara de Exportadores de la República Argentina (CERA), «el entorno exportador sigue deteriorándose» y los acuerdos comerciales con los Estados Unidos y la Unión Europea «tendrán un impacto exportador significativo», especialmente en el sector de alimentos.
«De aplicarse, esta medida definitivamente dañará el suministro de carne a la UE», señaló Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), en una entrevista con este medio.
Según Schiariti, esto condenaría a países como Brasil, Argentina o Paraguay «a dejar de producir, como hizo Brasil en su momento con parte del Mato Grosso». Actualmente, se exportan «50 mil toneladas de carne» a la UE al año, aunque «lo grave es la exportación de soja», agregó el presidente de Ciccra.
Julio Eduardo Malis, director del Centro de Investigación de Carnes del INTI, sugiere que «el control podría convertirse en una barrera no arancelaria debido a las dificultades en la certificación de la trazabilidad».
«Argentina podría verse afectada en la harina de soja, ya que Europa es un destino importante», afirmó Diego Cybulka, miembro de la Visión Sectorial del Gran Chaco Argentino (ViSec) y de la Mesa Argentina de Carne Sustentable (MACS), en una entrevista con PERFIL.
Según el especialista, los principales destinos de estas exportaciones son Vietnam, Indonesia, Polonia, España, Malasia, Italia, Reino Unido y Australia. «Aunque notamos destinos que no son Europa, hay una tendencia por parte de estos en copiar cualquier iniciativa regulatoria», explicó.
El problema, destacó Elbio Lauricica, presidente de Coninagro, en conversación con PERFIL, no es la exigencia de la protección del medio ambiente, sino que estas medidas deberían adaptarse a las realidades de cada región o país y tener en cuenta las características de los recursos naturales de una nación, «donde gran parte de la zona agrícola no tiene bosques autóctonos».
Desde una perspectiva más optimista, Daniel Urcía, vicepresidente del Instituto de Promoción de la Carne Vacuna (Ipcva), ha señalado a este medio que los requisitos establecidos son cumplibles por la economía argentina, ya que se encuentra en la categoría de países con riesgo mínimo o bajo. Además, las adaptaciones conforme a la legislación nacional permiten cumplir con estas normas ambientales. En resumen, Urcía cree que Argentina podrá ajustarse a esta situación y cumplir con los requisitos.
Precios Justos: incremento del 5% en los cortes de carne
La Secretaría de Comercio ha renovado los Precios Justos para la carne con los valores actualizados, los cuales estarán vigentes hasta el 15 de agosto. En esta ocasión, con el objetivo de contener la inflación, se ha ampliado la variedad de cortes de carne que se ofrecen. Este mes, se espera un incremento del 5% en los precios.
Los siete cortes incluidos son: asado a $1.231 por kilogramo, nalga a $1.635, matambre a $1.558, vacío a $1.608, falda a $802, paleta a $1.323 y tapa de asado a $1.231 (disponible en comercios adheridos). En la región patagónica, hay un diferencial del 6%.
Según el último informe del Indec, la carne fue uno de los productos que menos aumentó en junio, esto se debe a un exceso de oferta. La sequía ha llevado a un aumento del 20% en la faena.
No obstante, esta situación probablemente no se mantendrá a largo plazo. Como se adelantó anteriormente, debido a la sequía y las elecciones, es posible que los precios vuelvan a aumentar un 40% entre septiembre y octubre.
Desde el sector aseguran que, aunque los precios se mantienen por el momento porque no se esperan cambios climáticos significativos, el problema surgirá después de las precipitaciones. Además de las condiciones climáticas, el contexto electoral también podría impulsar una subida de precios.
Mientras tanto, el consumo continúa aumentando y acompaña a la oferta. Según la Bolsa de Comercio de Rosario, se espera un incremento de más del 4% en el consumo durante 2023.
En el convenio con la Secretaría de Comercio participan las empresas exportadoras agrupadas en las cámaras ABC, UNICA y FIFRA, así como los supermercados y hipermercados de las cámaras ASU, CAS y FASA. También se incluyen las carnicerías que hayan decidido adherirse.
De acuerdo con la página web de la Secretaría, se mantiene el reintegro del 10% para tarjetas de débito bancarias y no bancarias, con un límite máximo de $2000 mensuales, y el 35% de reintegro para tarjetas de débito y crédito del Banco Nación, con un tope de reintegro de $3.000 por transacción.
Además, el Banco Provincia de Buenos Aires permite realizar transacciones con un límite de $3.000, lo que representa el 35% del total.