Los precandidatos frente a una economía en crisis: objetivos compartidos, enfoques divergentes y planes ambiguos

Compartir en WhatsApp
Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
Compartir en LinkedIn
Compartir en Telegram
Copiar enlace
  • Los principales candidatos en las elecciones presidenciales tienen una visión económica pro-mercado y proponen medidas como el orden fiscal, superávit comercial y competitividad cambiaria.
  • Unión por la Patria se centra en sectores como hidrocarburos, minería y agricultura para promover la generación de divisas.
  • Juntos por el Cambio busca un fuerte ajuste del gasto público, unificación del mercado cambiario y flexibilización laboral.

En una elección caracterizada por un desplazamiento del eje político hacia la derecha, los principales candidatos proponen diferentes medidas económicas, pero comparten una visión pro-mercado, algo que se reflejó en los precios de las acciones y bonos soberanos argentinos.

Aunque hay objetivos comunes, «las formas» diferenciadas determinarán las consecuencias.

En este contexto, el Centro de Estudios Económicos y Sociales (CESO) ha elaborado un informe detallando la política económica de los principales candidatos para las elecciones presidenciales.

Unión por la Patria

Después de una acalorada disputa interna justo antes del cierre de las listas, el ex Frente de Todos terminó decidiéndose por el candidato más alineado con los intereses del establishment.

Conceptos como disciplina fiscal, superávit comercial, competitividad cambiaria y desarrollo inclusivo son algunos de los ejes del discurso del principal candidato de Unión por la Patria (UP).

«Se cree que sectores relacionados con la explotación y exportación de recursos primarios, como el sector hidrocarburos, la minería y el sector agropecuario, serán los elegidos para contribuir enormemente con las divisas necesarias para hacer frente a la situación de extrema vulnerabilidad externa», afirmó el CESO.

La promoción de inversiones para la explotación de litio, la construcción del Gasoducto Néstor Kirchner en tiempo récord y el programa «Dólar Soja» en sus múltiples ediciones son ejemplos de esto.

«También tiene una buena relación con los sindicatos. Aunque se muestra claramente a favor de la recomposición salarial, habrá que esperar para ver cómo se conjuga esto con la idea de un tipo de cambio competitivo, que en otras palabras significa un dólar caro», señaló el informe.

«Como se sabe, un tipo de cambio alto generalmente implica salarios bajos, a menos que se recurra a aumentos en los impuestos a las exportaciones, subsidios a las tarifas y/o se logre reducir los márgenes de los empresarios que venden en el mercado interno», agregó.

Para disputar la alianza dentro de UP, surge con un papel menos destacado Juan Grabois. Con un discurso que se dirige directamente contra Sergio Massa y con una propuesta explícita de romper con el FMI, representa la visión más «redistribucionista» de la actual alianza gobernante.

«Ambos candidatos de la UP no tienen un programa específico para abordar la inflación, que todas las encuestas muestran como la principal preocupación de la población. La idea de una moneda regional, que ambos comparten con diferentes matices, es una propuesta a mediano-largo plazo que no aborda la urgencia de la inflación», señaló el CESO.

Juntos por el Cambio

Juntos por el Cambio llega a las PASO con una competencia interna enérgica que ha resultado en dos fórmulas presidenciales. Sin embargo, tanto Patricia Bullrich como Horacio Rodríguez Larreta comparten el mismo programa económico.

«Ambos discursos apuntan a un fuerte recorte del gasto público, una reforma tributaria, flexibilidad laboral y la unificación del mercado cambiario», indica el informe.

También se está considerando una reforma del sistema de pensiones que incluya a los regímenes especiales. Solo se ha descartado la posibilidad de una dolarización total, pero se está evaluando la posibilidad de institucionalizar el uso del dólar estadounidense como moneda alternativa.

Para combatir la inflación, se está evaluando un plan de estabilización que incluye el logro de un equilibrio fiscal primario mediante la reducción del gasto público consolidado, la reducción de impuestos «distorsivos» como los ingresos brutos y las retenciones, la unificación del tipo de cambio y la «independencia» del Banco Central.

«Lo que no está claro es que la unificación del tipo de cambio implica una devaluación abrupta inicial con un impacto significativo y regresivo en la distribución del ingreso, así como el riesgo de llevar a la economía a escenarios cercanos a la hiperinflación», explica el informe.

Por último, se menciona una reducción de las cargas patronales y una flexibilización laboral que incluye acuerdos especiales para pymes, una disminución de las indemnizaciones y una «modernización» de las negociaciones colectivas, con el fin de impulsar el empleo y fomentar la inversión.

También se vislumbran reformas en educación, salud y una remodelación significativa de la política de asistencia social.

El Progreso de la Libertad

Por último, el informe indica que la propuesta económica de La Libertad Avanza se basa en las recomendaciones de la teoría monetarista más antigua, que incluso ha quedado obsoleta para el pensamiento predominante en la actualidad.

Su plan económico, que destaca por la propuesta de dolarización, también contempla un importante recorte del gasto público, la privatización de empresas estatales con déficit, una reforma tributaria, la flexibilización laboral, la desregulación financiera y una apertura comercial unilateral.

El CESO afirmó que estas son prácticamente las mismas medidas económicas que se implementaron en los años noventa y que resultaron en la crisis más importante de los últimos 30 años.

En una segunda etapa, se propone una reforma del sistema de pensiones para reducir el gasto en jubilaciones y pensiones, la implementación de un régimen de capitalización privada y un programa de retiros voluntarios para empleados públicos como parte del proceso de reducción del Estado.

Finalmente, como medidas de tercera generación, se propone una reforma en el sistema de salud con un enfoque en el sector privado, una reforma educativa que incluye la implementación de un sistema de vales y la eliminación del sistema de coparticipación.

Desafíos compartidos

El principal desafío para la fórmula presidencial que asuma el 10 de diciembre será estabilizar la dinámica inflacionaria, para lo cual ninguno de los candidatos tiene un plan bien definido que al mismo tiempo no genere una crisis social.

El informe asegura que ningún plan que intente modificar los precios relativos tendrá éxito ni será duradero si primero no se logra estabilizar la inflación.

Además, la necesidad de fortalecer el peso -al menos para aquellos que deseen mantener la moneda nacional- también es un punto clave, en constante vinculación con el punto anterior.

Según el CESO, será fundamental afrontar las consecuencias de una economía bimonetaria que agrava la vulnerabilidad externa, tanto para los programas que proponen eliminar el cepo y unificar el tipo de cambio de inmediato, como para aquellos que plantean un enfoque gradual para eliminar las restricciones cambiarias.

Además, el principal desafío al que se enfrentará cualquier alianza será el alto nivel de endeudamiento y la gran cantidad de pagos de deuda externa que el país tendrá en los próximos años. Sin importar qué coalición asuma el poder, será necesario renegociar o refinanciar tanto la deuda con el FMI como con el sector privado, ya que será materialmente imposible hacer frente a estos pagos.

En resumen, como afirmó el centro de estudios, incluso en el escenario más optimista en términos de exportaciones, no será suficiente para pagar los vencimientos de la deuda actual a partir de 2025, lo que llevará a una nueva reestructuración.